Hace varias semanas se ha publicado en mi opinión uno de los discos del año: Lucinda Williams “Blessed”. Y por fín ya lo tengo en mis manos en edición “De luxe”.
¿Quién rayos es esa Lucinda Williams? Es una artistaza tan grande que en los Estados Unidos la ubican a la altura de Bruce Springsteen. No estoy alucinando. La música de Lucinda Williams oscila entre el Blues, el Rock, el Country y el Folk; perfectamente dosificado con personalidad, talento y perfeccionismo. Su voz rota y sus letras son consecuentes con la vida tan tempestuosa que ha llevado. Me estoy refiriendo a drogas, alcohol, amores inadecuados, mala vida. El título de un blues de Lucinda da pistas sobre esto: “I asked for water (He gave gasoline)” (Yo pedía agua; el me daba gasolina). Sus canciones pueden ser luminosas y rabiosas o estar en el estado anímico más bajo posible.
Vi su nombre por primera vez relacionado con artistas que admiro mucho: Emmylou Harris y Steve Earle. Alguna referencia de admiración de parte otros artistas; algún premio grammy;… hasta que presencié parte de un concierto del programa Austin City Limits. Una revelación. Ella tan lacónica y a la vez segura iba cantando sus brillantes interpretaciones con la compañía de una exquisita y enérgica banda de acompañamiento. Intuí que no era otra cantante de musica americana más. Es de estos artistas únicos y especiales; que lo impregnan todo de corazón, sentimiento y magia. Casi me aprendí de memoria el repertorio de aquel concierto y con el paso de los meses he ido adquiriendo sus discos. Tuve la gran suerte de asistir a su única visita por mi ciudad; alguien catalogó su concierto como “dulce decadencia”; yo me sentí como el título de su último disco: Bendecido. Una sensación que se está prolongando a cada audición.
Thank you Lucinda.
PD. Ahora queda esperar el que puede ser el otro disco del año… lo nuevo de Steve Earle.